sábado, 2 de enero de 2016

Una nueva lección


Se dio cuenta de que no tenía derecho a quejarse, y además no servía de nada. Meses atrás, incluso años, había tomado una decisión, aunque sin darse cuenta. Sus actos así lo demostraban y ahora ahí tenía los resultados. Estaba enfadada con ella misma, con la situación, con todo. Ese día le era difícil pensar en positivo, le podía su ego. Decidió no darle más vueltas en ese momento y cambiar el color del día, cambiando su actitud.

Con un nuevo día nacido y recordando su pensamiento del día anterior, se paró a reflexionar. Realmente no podía hacer nada, ya lo había intentado, y nada cambiaba. Llegó a la conclusión de que no estaba en sus manos, y de que si estaba allí, en aquel lugar, en aquella situación, era porque así lo había decidido, aunque le costara admitirlo. Si decidía continuar igual, sólo le quedaba aceptar, aceptación era la lección que podía aprender allí. Con las ideas más claras la nube de su mente fue disminuyendo, aún le quedaba esa sensación que tan poco le gustaba, pero ya estaba mejor.





No desgastes energía en aquello que no puedes controlar. Es una lección que una vez aprendida te llena de paz y serenidad. Aceptación no es sinónimo de resignación, ni de dar la razón. Es sinónimo de darse cuenta de que esa situación no va a cambiar y que no debes dejar que influya en tu vida negativamente. Dale un enfoque positivo, cuando tú cambias tu alrededor lo hace también.

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