Suena el despertador, son las 7 de la mañana. Empiezo a moverme, lentamente, primero una pierna, siento la espalda. Mi mandíbula se abre y emito un gran bostezo. Mi cabeza empieza a repasar las tareas del día, sé que hay mucho por hacer, que el tiempo se echa encima, pero se está tan bien en la cama! Finalmente decido sentarme para luego ponerme de pie y empiezo a movilizar mi espalda. Levanto los brazos bien estirados, a un lado, al otro lado. Mi mente empieza a despejarse y empiezo a sentir mi cuerpo.
Mi cuerpo, el vehículo de mi vida. Y soy consciente de la suerte que tengo.
Suerte de caminar, suerte de oler, suerte de saborear, suerte de tocar, suerte de oír, suerte de ser.
Damos tantas cosas por hecho! Que suerte tengo!
al ver la imagen pensaba que te havia tocado la loteria
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