Y llegué, después de unas cuantas horas llegué. Molestaba tanto la luz! Y sentí una especie de ahogo que me obligo a explotar, y de repente escuche un sonido que con el paso de los días me fue siendo familiar.
Y fui creciendo, feliz, inconsciente de mi alrededor, con una gran llama en mi interior. Disfrutaba de todo aquello que iba descubriendo, sin pensar, sin analizar.
Mi percepción de la realidad empezó a cambiar, empecé a escuchar, empecé a pensar. Me fui dejando guiar por los demás. En mi mente fueron apareciendo nubes negras, a veces más, a veces menos, y la llama fue decreciendo. Y así durante mucho tiempo creció en mi la incertidumbre, la inseguridad, la soledad.
Suerte que en mi interior sobrevivía una pequeña parte de aquella llama, y aprendí a avivarla.
Cuando me alejo de quien soy realmente, por agradar a los demás, voy perdiendo mi esencia, y con esa perdida llega la soledad y la tristeza.
Cree en ti,
Tu vida es solo tuya, o acaso la van a vivir los demás?
eres muy lista
ResponderEliminar