martes, 30 de agosto de 2016

Una con la naturaleza...

Sus pequeños pies descalzos no sienten dolor. Pasea por una senda verde, color naturaleza. Sus pasos reposan sobre las piedras, los palos o las hojas secas. Lleva un vestido a cuadros blanco y rosa, de cintura alta, con una pequeña puntilla ribeteando los hombros medio descubiertos. La expresión de su cara delata su felicidad, aquella que le da sentirse una con la naturaleza. 


Camina lentamente, casi al compás de su respiración, una respiración calmada que la llena de vida. Hay momentos que se detiene y mira a su alrededor, arriba, abajo, detrás, al cielo. Y entonces inspira, inspira, inspira...y parece que absorve aquel lugar. Todo aquello entra por sus fosas nasales y la invade. Sigue caminando, ya ha empezado a escuchar el susurro. Momentáneamente acelera el paso movida por la emoción. Y entonces llega al claro. Es un lugar escondido que ella conoce bien, con el que a veces sueña. Y allí se deja caer, de espaldas, al suelo mullido por las hojas secas y la tierna hierba. El claro deja ver las nubes del cielo, las aves, los insectos.


 Cierra los ojos. Empieza a imaginar como se eleva, alta cada vez mas alta, por encima de aquel claro y del bosque. Y se mira desde arriba, desde la perspectiva que da la altura. Y se siente una con la naturaleza. Allí tumbada, sin miedo a nada, rodeada por arboles, flores, piedras, musgo, setas, mariposas, insectos, todo en perfecta armonía, también ella.

 Ya ha vuelto a tocar tierra, empieza de nuevo su camino, llega al río. Al poner un pie dentro del agua siente un escalofrío de felicidad. Agua, limpia, clara, cristalina, juguetona, mandona, viva. Termina totalmente empapada. Su vestido mojado, en parte pegado a ella, en parte flotando a su lado. Se tumba en una gran roca lisa, cálida, casi aterciopelada por el musgo y las plantas. Y de nuevo se siente una con la naturaleza.




El contacto con la naturaleza es vital. Te aporta una energía pura, que te renueva y te reequilibra. Con el paso de los días rodeada de pureza, sin mas pretensión que ser, y estar, sientes que tu interior se limpia, se calma y se renueva tu alegría. Un paseo entre arboles, en el que observas todo tu alrededor, es una meditación. Tu en silencio, con el sonido de tus pasos, de las hojas en movimiento, de un insecto que se te acerca, del susurro del agua. Te trae al momento presente, ese que es el único que existe. La basura de tu mente comienza a desaparecer y da paso a nuevas ideas que te llenan de ilusión. Nuestro día a día, las obligaciones, nos pueden ir apagando, pueden ser un desgaste de energía. El contacto con la naturaleza es una fuente de aporte de energía necesaria y vital. Una planta en tu balcón, observar el cielo, dar un paseo por un parque, parar un momento para sentir el aire, dejar que un rayo de sol matinal te embargue. Todo son formas de contacto con ella, con la madre naturaleza. Porque no te olvides, no es algo externo a ti, tú eres parte de ella y ella parte de ti.

Te dejo otras fotos de mis días de descanso rodeada de...NATURALEZA.
Gracias y feliz día!
#lospensamientosdeeva #senatural















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