¿Sabías que la mayor parte del tiempo vamos con el piloto automático puesto?

Mi cuerpo se revuelve a su manera,
hombros tensos, labios apretados,
semblante apagado.

Es como si en mi cabeza de pronto se arremolinaran cientos de ideas,
como hojas lanzadas por el viento sin rumbo,
que se golpean con mis sienes y me turban.

Ya me ha pasado otras veces,
me incomodo y me agobio,
y empiezo a buscar la manera de defenderme,
de eso que considero un ataque a mi estabilidad,
a mi tranquilidad.

Y una frase llega a mi mente,

Quita el piloto automático!!

Deja de lado aquello que sabes,
deja de lado la reacción de siempre,
deja de defenderte.

Tal vez no era mi mente quien hablaba,
tal vez fuera mi alma.

Y mi alma empieza a coger el timón,
y me enseña que nada ocurre porque sí.
Y me enseña a analizar en qué medida he contribuido yo a sentirme así.

Y en ese momento de vacío "mental" en el que pongo en tela de juicio
lo que acostumbro a oir-me, aparece la solución.
Es como una estrella fugaz que si te descuidas se va.
Pero que contiene la verdad.

LLevamos el piloto automático puesto de nuestra mente. Cientos, miles de pensamientos circulan por nuestra cabeza sin apenas darnos cuenta. Cuántas veces conduciendo has llegado al trabajo sin saber cómo, cuántas veces has pensado cambiar el recorrido diario que haces con el coche por ejemplo y te has encontrado que vuelves a repetir el mismo de todos los días, ay! ya he vuelto al de siempre!. 

Es la corriente de pensamientos la que dirige nuestro día a día. 

Seguro que más de una vez te has sorprendido a ti misma de mal humor sin saber muy bien por qué. Alguno de los pensamientos incontrolados han generado en ti una emoción, en este caso negativa. Qué importante es controlar nuestros pensamientos entonces, no crees?. Para ello hay que aprender a detectarlos y no permitir que circulen a su aire.

Quédate con esta idea, ante una situación tu mente hace una interpretación de los hechos, y según su histórico de experiencias reacciona de una manera u otra. Si dejamos que nos dirija y actuamos como siempre es posible que volvamos a reproducir experiencias dolorosas para nosotros. Y ahí es cuando entra nuestra consciencia, ahí es donde debemos pararnos y analizar cuál debe ser nuestro comportamiento y reacción para que el desenlace sea diferente y a poder ser feliz. Te animo a que realices ese trabajo personal, que como todo requiere práctica, pero que a base de repetir se incorporará a tu vida y la mejorará. Y si te animas, además, da las gracias cada vez por la oportunidad que se te presenta de mejorar.

G R A C I A S

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