martes, 15 de noviembre de 2016

¿Cuántas veces te sorprendes rezando un rosario?

Me sorprendo riéndome de mis pensamientos...recuerdas al personaje de dibujos animados, el perro RISITAS? Pues algo así. Y no es que sean graciosos ellos, mis pensamientos digo, ni mi actitud ante ellos, al contrario, el hilo conductor que los encadena como si de un rosario se tratara es cansino como él solo. Pero no me doy cuenta de ello, y dejo que se repitan en mi mente y que por horas dominen mi día.
Ave María Purísima...toodo el día. Bueno no exactamente, más bien desde que escuché cierta frase de alguien muy importante para mi. Una frase insignificante en otro contexto, dicha por otra persona y con otra finalidad. Cinco o seis palabras formando una frase que inicia el recorrido de las cuentas de mi particular rosario. Es curioso como salto automáticamente, de eso me doy cuenta más tarde claro, ante unas palabras dichas con la mejor intención, pero que yo interpreto desde mi perfecta imperfección. Y es que me queda taaanto por aprender....mi parte automática sigue cogiendo el timón cuando menos lo espero y desencadena en mi pensamientos y actitudes que no están dirigidas por el amor, ni mucho menos. Tampoco vayas a creer que me convierto en el Hombre Lobo, jajaja, no, pero sí asoman mis garras, que terminan haciendo daño, sobre todo a mi. Así que igual por la espléndida Luna Llena, igual por alguna cuenta extraviada de mi propio rosario llega un momento que hay un click en mi cabeza y soy capaz de visualizarme desde otra perspectiva. Me veo rezando un rosario de despropósitos, durante unas cuantas horas, perdiendo un tiempo precioso, adoptando actitudes que afectan a más personas de mi entorno, llenando mi cabeza de cohetes de salida que no llevan a ninguna parte. Y por un momento me hace gracia lo boba que parezco y ahí termina mi rezo. Y empiezo otro diferente, de comprensión, de entendimiento, de perdón y de amor. Empiezo a cambiar mi rezo por otro diferente. Lo siento por aquello que hay mi que sigue causando dolor, pido perdón, deseo actuar desde el amor, y doy gracias por poder comprender. No deja de ser un rosario, porque mi mente todavía tiene que aprender, pero este es diferente. Me limpia y me serena, reconduce mis pensamientos y me permite descansar, dejar de luchar. Comprendo que tengo que seguir aprendiendo, que aparecerán más situaciones que me pondrán a prueba, pero que si mantengo el rosario del amor cada vez será más fácil reír en lugar de lamentar.

Lo siento mucho, perdóname, te amo, gracias.

#lospensamientosdeeva

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Cómo saltan las ideas, cómo nos desviamos, cómo volvemos al centro! Hay que aprender a desprogramar. Poco a poco. Un rosario de besos, preciosa! 😘

    ResponderEliminar